Recupero una de las entradas que tenía en el espacio del mésenller:
...Verás, los blancos flacuchos socialmente agraciados trazan un bonito círculo: los de dentro del círculo son normales; a los de fuera hay que darles una paliza, machacarlos y reprogramarlos para meterlos en el círculo; si eso falla, hay que internarlos o compadecerlos, que es peor.[...]¿Por qué sentir lástima de alguien redimido de las inanes normas de cortesía, que son una completa idiotez, hipócritas, y por tanto, degradantes? El chico no tiene que fingir que le interesa tu lumbalgia ni tus excreciones, ni dónde le pica a tu abuela. ¿Te imaginas lo liberador que sería tener una vida exenta de todas esas empalagosas idioteces? No lo compadezco. Lo envidio."- House, sobre un niño autista
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