27 de septiembre de 2007

Las cosas claras

El miércoles 26 por la noche, en la cadena SIC noticias portuguesa, estaban entrevistando al ex primer ministro de Portugal, Santana Lopes, cuando de repente le interrumpen para dar paso a una conexión con el aeropuerto de Lisboa para comunicar la estúpida interesante noticia de que Mourinho ya ha llegado al país, diciendo que estaba muy cansado y que no iba a hacer declaraciones. Ésto fue lo que pasó después:

Y ésto es lo que le responde a la presentadora:

¿Y usted cree que se justifica la interrupción? José Mourinho es más importante que todos nosotros, sin duda ninguna. Y su llegada pone al país en delirio. Y estos problemas de la política no interesan nada a la gente. (…)

Ustedes me han invitado a venir, y yo he venido aquí con sacrificio personal; pero he sido interrumpido para ver la llegada de un entrenador de fútbol. Creo que el país está loco, perdone que le diga, con todo respeto, y por tanto no voy a continuar la entrevista. Creo que la gente tiene que aprender. ¿Tá bem?

Los habrá que defiendan la actitud de la cadena, de interrumpir una entrevista porque un entrenador ha vuelto al país. Los medios nos idiotizan, y nosotros les damos razones para ello.

Fuente: El País

16 de septiembre de 2007

Lealtad volátil

No deja de llamarme la atención la capacidad de absorción que tienen los deportes en ciertos aspectos. Basta con que un equipo español o la selección española o un español gane algo para que arrastre detrás a los medios y las masas.

Me explico: antes de que Fernando Alonso ganara alguna carrera de Fórmula 1, ¿alguien veía las carreras? Posiblemente sí, pero una cantidad ni mucho menos comparable a los fanáticos de hoy que aplauden todo lo que hace. Pero más concretamente, me refiero al más actual tema del baloncesto: ahora que la selección parece ser que tiene oportunidades de ganar el Europeo, todo dios se pone a ver los partidos, conoce la trayectoria de los jugadores y el perfecto historial de cada equipo de los mismos; no importa que antes de eso pasara del baloncesto o que le aburriera verlo por la televisión: el caso es que ahora España está en lo alto. Lo mismo pasa con los tenistas, con los motociclistas (aunque ambos sean deportes individuales), cuando un equipo de la liga de fútbol se mete en competiciones europeas y no es de los "grandes", y lo mismo es extensible a otros deportes. Eso sí, cuando el ídolo de las masas comienza su declive y ya no gana tanto como antes, ya puede despedirse del apoyo de sus borregos "incondicionales"

Conclusión: da igual que sea al fútbol, al baloncesto, al tenis o al lanzamiento de chapas con la oreja; lo importante es que es España la que gana. Y a eso se le llama chovinismo.