30 de mayo de 2007

La madre de todas las bombas

Atención: Tocho importante. Leer sólo si hay muchas ganas.


Después de que Powa nos ilumine con otra de sus muestras de originalidad y diversidad temática (nótese el sarcasmo), es mi turno.


La Bomba del Zar

La Guerra Fría pasó por muchas etapas: desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, con una cantidad muy limitada de armas nucleares, las cuales se trataban como otro tipo de bombas, hasta los años 80, con la tecnólogía del ICBM en su punto álgido y sobrepasado el punto de MAD.

Poco antes de la Crisis de los Misiles Cubanos, la URSS efectuó la detonación nuclear más potente en la historia de la humanidad: La bomba del Zar.

Esta bomba tenía un poder destructivo de 50 MT (es decir, 50 millones de toneladas de TNT), aunque originalmente estaba diseñada para liberar 100 MT, pero se redujo a la mitad para disminuir la lluvia radiactiva.

La detonación tuvo lugar en una isla al norte de la URSS. Fue transportada por un bombardero Tupolev Tu-95, que tuvo que ser especialmente modificado para poder transportar aquel engendro de 27 toneladas.

La bomba en el laboratorio

Fue lanzada desde 10.500 metros de altitud, con un paracaídas para ralentizar el descenso y permitir al avión alejarse una distancia suficiente (de otro modo habría sido una misión suicida). Sin embargo, aunque fue detonada a 4.000 m de altitud (para maximizar el alcance), la bola de fuego llegó casi a la altura desde donde fue lanzada.

Sus efectos se notaron por todo el planeta: produjo un terremoto de 5 grados en la escala Richter, provocó daños materiales por la onda expansiva hasta 1.000 km desde la zona del impacto (hasta llegó a romper ventanas en Finlandia), y se sintió el fogonazo de la detonación incluso desde más lejos. El pulso térmico habría causado quemaduras de tercer grado a alguien situado a 100 km de la zona cero, y la nube del hongo tenía 60 km de altura. En los 39 nanosegundos de la reacción nuclear, liberó el 1% del total de energía liberada por el Sol en el mismo tiempo.

Foto de la nube

El motivo de probar un arma así es, principalmente, la propaganda, puesto que no es muy útil: sólo podía llevarla un bombardero modificado, el cual sería muy vulnerable a un contraataque aéreo; no sería rentable para muchos objetivos: sólo tendría lógica usarla en ciudades enormes como Nueva York o Los Ángeles; y son extremadamente complicadas de producir.
Sin embargo, en la época tenía más sentido producir armas nucleares muy potentes, puesto que no existían aún los ICBM, por lo que debían ser lanzadas con bombarderos; esto obligaba a llevar la mayor carga posible en cada uno para compensar las pérdidas causadas por un ataque de interceptores. Además, la precisión de una bomba de este tipo era muy baja, y más aún si se lanzaba con paracaídas; la solución era maximizar su poder.


Vídeo del lanzamiento

Cosas como ésta son las que demuestran que mucha vida inteligente no hay en este planeta.

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