Se entiende que, puesto que es un
arte, su objetivo es
crear una sensación en el receptor, o
expresar un tema, sensación o emoción.
Por tanto, podemos incluir la música orquestal y de compositores bajo esta definición, pero ¿qué hay del resto?
Este resto se compone de todas aquellas composiciones musicales
destinadas al entretenimiento; es decir, la música
comercial. Y es que su propósito no es aportar algo a las artes, ni expresan creatividad, e incluso muchas veces ni siquiera comunican algo. Nos encontramos en una sociedad en la que esta "música" ha sustituido a la más "complicada" y que es capaz de expresar contenidos críticos, que pudieran llevar a la gente a cuestionarse las bases de la vida social. El sistema capitalista
ha corrompido la verdadera música para crear una falsa necesidad, y potenciar el consumo de este producto, que lleva al estancamiento de la creatividad. Vemos diariamente a
marionetas de las compañías, destinadas a vender un producto que muchas veces no se puede diferenciar de otros de su clase (véase Operación Truño, por ejemplo). Como demostración del carácter materialista de esta música, no hay que ir muy lejos; por ejemplo, las llamadas "canciones del verano", imbecilidades superlativas que aparecen año tras año, bombardeadas por la propaganda de la televisión y que triunfan contra toda lógica, porque
venden discos. Y cuando dejan de vender, pues hasta luego (También deberíamos preguntarnos qué es lo que lleva a una persona a comprar semejante montón de mierda, pero ese es otro tema).
La consistencia de las canciones de la música comercial es prácticamente nula. Suelen darse unas características comunes a todos: Intérprete (si se le puede llamar así) con
atractivo estético (o sexual, suelen venir juntos), temática
intrascendente, letras repetitivas y carentes de
contenido (que comúnmente son compuestas por otra persona, al igual que la música), y un apartado instrumental francamente
pobre; de ahí que este producto suela tener sólo un momento de "gloria" y después sea olvidado por completo.
Y posiblemente el que esté leyendo esto (si realmente lo hace alguien) pensará: "¿Qué pasa, que este tío sólo oye música de hace 100 años? ¿Viene a decirnos que somos subnormales?"
Nada más lejos, la única intención de este tocho es que cada uno sea
crítico con lo que oye, que no oiga algo porque sí o porque esté de moda; que lo analice antes de tragarlo. De hecho, los
grupos que más me gustan a día de hoy lo son porque
aportan o aportaron algo nuevo en su día, o porque tratan de
transmitir algo más allá de "amor estúpido", "fiesta" o "follar" como la música arriba descrita; si bien a veces también oigo música de ese tipo (de los
estilos que me
gustan, claro), suele ser con carácter de
entretenimiento, o como música de fondo, porque no se puede sacar nada de ella.
De aquí es de donde viene, en gran medida, el problema de las
descargas de música: como las compañías ven que se les ha acabado el
chollo de vender mierda a precio de oro, se intentan cargar a todo el que se interponga entre ellas y el dinero.
Me gustaría que si alguien lee esto, que
intente comprenderlo y se replantee lo que escucha y haga un episodio
crítico sobre ello; opiniones sobre el tema serán bienvenidas.