30 de diciembre de 2008

Punto débil

A la hora de tratar con una persona, la confianza es un arma de doble filo: puede conducir a llevarte muy bien con esa persona, o puede llevar a una dolorosa traición; aunque realmente no son situaciones incompatibles. El problema está en cuando depositamos nuestra confianza en alguien inconscientemente, sin razones para ello. Suele ser gente que no se la merece, y el momento en que la otra parte te traiciona -probablemente porque voluntaria o involuntariamente no confió en tí de la misma manera- es tanto más doloroso cuanto más ciegamente hubiéramos confiado en ella.

Quizá sería adecuado suprimir todas las confianzas. Pero al fin y al cabo eso es lo que nos hace humanos, ¿no? Aprender de los errores. Y aplastarlos con férrea voluntad.

16 de diciembre de 2008

Hay que luchar

Son tiempos difíciles. Los ingenieros informáticos (concepto radicalmente distinto de informáticos a secas) estamos luchando por el reconocimiento que por derecho nos merecemos. Y la verdad, no tengo palabras para describir el pasotismo de los propios estudiantes que no se dan cuenta del grave problema que afronta su futuro. Me gustaría que leyérais un artículo que voy a fusilar a Vicente Cerverón, profesor de la Escuela de Ingeniería ETSE de la Universitat de València:


¿Saben aquell que diu que no quería estudiar en una rama de la ingeniería, sino que quería estudiar en pupitre, como los blancos? Es un chiste de tiempos pasados... ¿O no? Déjenme explicarles un problema del que quizás hayan oído hablar sin terminar de entenderlo.

La ingeniería es un conjunto de conocimientos científicos y tecnológicos junto a unas metodologías de aplicación para resolver un problema o cubrir una necesidad. En la Universitat de València, donde yo trabajo, se enseñan las aplicaciones de la ciencia y la tecnología desde antes que yo naciera, y se imparten titulaciones de ingeniería química, ingeniería electrónica, ingeniería informática e ingenierías técnicas de telecomunicación desde hace 15 años.

Tradicionalmente, en España las diferentes titulaciones de ingeniería tienen atribuciones profesionales, lo que implica que determinados proyectos, instalaciones o actividades deben ser realizadas o supervisadas por personas con una titulación específica. Por ello, la formación de los estudiantes de una especialidad debe tener un tronco común, que en la actual reforma de los planes de estudio se ha recogido en unas fichas que establecen el núcleo de cada ingeniería.

¿Y a qué viene el chiste inicial? El problema es que la última regulación importante de atribuciones para las ingenierías data de 1971. Las ingenierías más recientes, surgidas desde entonces, no han sido reguladas con atribuciones profesionales. Particularmente, la ingeniería informática, clave para el funcionamiento de las empresas, organizaciones y administraciones públicas en el siglo XXI, puede ser ejercida por personas de cualquier especialidad, incluso sin titulación universitaria, ya que no se exige la titulación de ingeniería informática para responsabilizarse del desarrollo, instalación y mantenimiento de un sistema informático.

¿Es posible? Aunque afortunadamente las Administraciones Públicas suelen pedir esta titulación para cubrir los puestos de trabajo responsables de sus sistemas y tecnologías de la información, y las empresas valoran dicha titulación, en demasiadas ocasiones la relativa novedad de la profesión y la confusión de la informática personal y popular (informática para todos, o llamar informático a todo el que trabaja con ordenadores) con la ingeniería informática tiene consecuencias impensables en otros campos. ¿Llama usted ingeniero de automoción al que sabe conducir un coche? ¿Encargaría usted a un mecánico, por excelente que fuera, el diseño e instalación de una planta de fabricación de vehículos? ¿Encargaría usted a un ingeniero de telecomunicación, que ha estudiado bastante electricidad, planificar y supervisar la instalación eléctrica de un hospital? Espero (por su bien) que no. Pues no confíe usted un sistema informático a alguien sin la titulación específica.

Lamentablemente, el Gobierno ha instado la elaboración de las fichas de las ingenierías, pero sólo de las que tienen atribuciones, y ha decidido no regular las ingenierías más recientes, con argumentos puede que aceptables, pero que de aplicarse coherentemente deberían conllevar la desregulación del resto de las ingenierías y la supresión de las atribuciones establecidas.

La falta de una ficha para la Ingeniería Informática (que parece van a subsanar ante la presión ejercida por estudiantes, profesores y profesionales) no quiere decir que la titulación vaya a desaparecer (los estudios pasados y futuros siguen siendo completamente oficiales y válidos), pero junto a la inexistencia de regulación de la profesión prolonga su discriminación respecto a otras ingenierías e impide el adecuado reconocimiento social de esta profesión, lo cual además dificulta seriamente el desarrollo de la sociedad de la información en España.

Así que si lee, oye o ve a los titulados e ingenieros informáticos protestando, recuerde que lo que quieren es ficha y atribuciones, como los blancos, y créame que eso sería bueno para ellos y para el conjunto de la sociedad.


Y todo esto por politiquerías estúpidas y la consabida edad de piedra tecnológica en la que viven los políticos.

8 de diciembre de 2008

¡Ya está aquí!

Ya está la maqueta grabada, mezclada y masterizada, así que ya estáis metiéndoos en nuestro MySpace y escuchándola. Quiero leer vuestros comentarios al respecto. A ser posible, buenos (a ver si cuela).

7 de diciembre de 2008

Iconoclasia

Todos los materiales tienen unas tolerancias. Según para qué características serán mayores o menores, siempre dependientes del medio y las circunstancias en que se encuentren.
Esto también se aplica a la mente humana. La amabilidad tiene sus límites, y cuando se sobrepasan aparecen síntomas de inestabilidad a todos los niveles; es deber de cada uno tomar medidas contra la fuente de la inestabilidad. Después de todo, callar y agachar la cabeza no va a servir para siempre; de hecho, invita a que continúen con mayor intensidad.
Llega un día en que descubres dónde lleva el camino de la pasividad y el aguante. Se hace necesaria una predisposición al ataque. Al fin y al cabo, quien pervirtió el término "bueno" no era sino un cobarde con ansias de superioridad moral.

El camino de la superación no pasa por la oveja, sino por el león. Hay que coger a la vida por el cuello y estamparla contra la pared más cercana. No puede aparecer una nueva forma de pensar sin destruir la anterior.