A lo largo de la historia, la humanidad ha intentado muchas maneras de combatir a las fuerzas del mal... Rezar, abstinencia, buenas obras y tal. Hasta Doom, a nadie parecía habérsele ocurrido la escopeta de doble cañón. Traga plomo, demonio...
El caso es que me ha dado por instalarme el Doom 3 para recordar viejos tiempos (bueno, no tan viejos) y me ha venido esta frase a la mente.
Y es que el Doom (1, 2 ó 3) es uno de esos juegos que en vez de jugar para divertirte, juegas para sufrir (y si el que lea esto no lo entiende, que lo pruebe).
Cambiando de tema, veo que de un tiempo a esta parte el único que escribe soy yo, así que voy a tener que darle un toque de atención a mi compañero, que ya que fue él el impulsor de ésto pues que ponga algo, digo yo.
Y es que el Doom (1, 2 ó 3) es uno de esos juegos que en vez de jugar para divertirte, juegas para sufrir (y si el que lea esto no lo entiende, que lo pruebe).
Cambiando de tema, veo que de un tiempo a esta parte el único que escribe soy yo, así que voy a tener que darle un toque de atención a mi compañero, que ya que fue él el impulsor de ésto pues que ponga algo, digo yo.
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