26 de marzo de 2008

Insociable sociabilidad

Entiendo aquí por antagonismo la insociable sociabilidad de los hombres, esto es, el que su inclinación a vivir en sociedad sea inseparable de una hostilidad que amenaza constantemente con disolver esa sociedad. Que tal disposición subyace a la naturaleza humana es algo bastante obvio.
El hombre tiene una tendencia a socializarse, porque en tal estado siente más su condición de hombre al experimentar el desarrollo de sus disposiciones naturales. Pero también tiene una fuerte inclinación a individualizarse (aislarse), porque encuentra simultáneamente en sí mismo la insociable cualidad de doblegar todo a su mero capricho.

I. Kant - Ideas para una historia en clave cosmopolita

Leer más...Resulta curioso cuando llegas a una conclusión y te das cuenta de que ya se le ha ocurrido a otra persona mucho antes y en condiciones distintas.

Los hechos están al alcance de cualquiera que sepa mirar, es tarea ya de cada uno el procesarlos y preguntarse por las causas.
Podemos ver todos los días -con mayor facilidad los fines de semana- el curioso fenómeno de los grupos de amigos; Que curiosamente están formados por gente que se cuida mucho de llamar amigo a cualquiera (no, no, ésos son conocidos, no mis amigos). Puedes ver cómo el único vínculo que les une son las borracheras y las anécdotas comunes. Realmente, si investigas un poco, te das cuenta de que realmente no hay uniones entre ellos salvo la costumbre de verse con el tiempo; es más una asociación puntual de personas que mientras no sientan ninguna molestia seguirá como está.
Se asemeja bastante a una asociación comercial: gente se agrupa para crear un producto (borracheras, por ejemplo) que les reporta un beneficio en el proceso (diversión, entretenimiento). En el momento en que ese beneficio no existe, se encuentra otra sociedad donde sea mayor o surge algún contratiempo, la asociación se deshace. Además, esto se justifica echando la culpa a los demás, acallando con este victimismo la conciencia propia.
Todo esto viene dado por el egocentrismo intrínseco que impera en la sociedad, la vanidad que hace que todo el mundo se crea por encima de los demás y que pueda imponerles sus normas sin que les toquen las suyas. Tarde o temprano siempre se acaban estampando contra la realidad -o contra gente con menos tolerancia a las memeces-, pero en vez de aprender de la experiencia se refugian en su mentira y lo consideran culpa del otro -que será un capullo, o un gilipollas, o un mal amigo-; siempre es más fácil cambiar la realidad que a uno mismo.
Lo que aquí planteo no es algo gratuito que se me haya ocurrido en una alucinación, todos hemos vivido situaciones similares: alguien que te lo encuentras con poca frecuencia pero trata de que se haga lo que él dice, alguien que va de "amigo leal" pero con la mínima oportunidad se marcha a lamerle el culo ver si pilla con alguna tía, gente con muchas ganas de tocar las narices a los demás pero poco aguante, otros que piden mucho y no dan nada, otros que dicen ser colegas pero que cuando les pides algo se escaquean, amigos de "toda la vida" que no dudan en apuñalarte por la espalda si con ello sacan beneficio o satisfacción personal... No hay que estar muy agudo para captar las señales.
Si a todo esto ya le añadimos la desconfianza que se tiene hacia los demás, vemos realmente lo débiles que son los enlaces entre las personas, y por qué muchos "amigos" acaban a malas.
Quizá sea problema de apariencias, de querer agradar o ser aceptado. Quizá se llama "amigo" a alguien con demasiada facilidad; alguien de quien esperas beneficiarte y en quien no confías no podrá ser tu amigo. Cualquier otra cosa será autoengaño o simplemente mentira.

Esto que he puesto no lo pongo por algún cabreo puntual, o estar "desengañado" de la sociedad, o que alguien me haya hecho una putada -características comunes de pseudorreflexiones en fotologs y mierdas de ésas-; simplemente, me cansan las mentiras.

No hay comentarios: