1 de abril de 2008

Anecdotario

Diez de la mañana. En coche por la autovía. De repente, un motorista se coloca en paralelo con un coche; el coche baja la ventanilla y parece que se ponen a hablar. Progresivamente empiezan a frenar hasta llegar a los 60 km/h - teniendo en cuenta que el motorista va en el carril rápido. ¿Qué hacer, frenar bruscamente o estallar al motorista? Elijo la respuesta A, y el motorista consigue deshacerse de su subnormalidad y parar en el arcén.

Luego un puto anormal llega con su BMW y sudándosela todo empieza a pitar como un hijo de puta y pasa de frenar. Reacciono echándome a un lado y dedicándole el saludito de un sólo dedo, aunque sólo sea por desahogar.

En otro orden de cosas...

Doce de la noche. En una céntrica calle de Valladolid (la que une la plaza de Cantarranas con Macías Picavea) se oye un ruido de motor y gritos. Acto seguido, un coche grande (Audi, BMW, del estilo) pasa a toda leche con cuatro anormales gritando por las ventanillas, uno de los cuales se encuentra sentado en la puerta sacando casi todo el cuerpo. Nos decimos:
- Estaría de puta madre que hubiera un policía a la salida de la calle y les metiera un puro.
De repente, pasa a aún más velocidad un furgón llenito de Policía.

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