Cosas que se pueden aprender al ir a ver a Motörhead a Gijón:
- Los autobuseros pueden caer enfermos fulminados por un rayo y alargarte el ya de por sí largo viaje.
 - Hay gente que lleva tarritos de vaselina con monedas dentro (foto).
 - Las abuelas taquilleras te ven y te preguntan sin que digas nada: "¿Qué, vais a motor?" (motor acentuado al final).
 - En Gijón tienen cierto humor a la hora de poner nombre a las calles (foto)
 - En las playas suele haber una alta concentración de tías buenas por metro cuadrado.
 - Una persona con ganas de vaciarse la vejiga en un concierto puede mear en un vaso de cachi y luego dejarlo caer por encima de la valla de primera fila para solventar el problema.
 - Motörhead son dioses del rock y te puedes flipar a saco cuando les veas (fotos).
 - El calor en un polideportivo en verano con una masa enorme de gente flipándose en un concierto puede ser increíble.
 - El agua del mar por la noche está más fría de lo que parece.
 - Tras un baño nocturno, ir en plan comando (sin gallumbos) puede ser una solución (un tanto incómoda) para no mojarse el pantalón.
 - La gente da paseos hasta las 6 de la mañana
 - No tiene precio la cara que se te queda cuando llegas a la estación de buses y al sacar los billetes, ves que están empapados. Suerte que el autobusero nos los cogió.
 - Una persona puede vomitar a 5 minutos de haber salido. Y como vas sin dormir y todo te hace gracia, es inevitable reírse.
 - De vuelta en Valladolid, no hay nada más gracioso que enterarse que a La Flecha no hay autobuses los domingos y que te toca ir a pata, o esperar a un autobús que te deja más o menos cerca de casa pero que faltan 3 horas para que salga.
 - Y lo mejor de todo, no pasa nada por no dormir nada (aparte de en el bus) un sábado y del domingo al lunes dormir lo normal cuando tienes que ir a trabajar.
 
En resumen, un día grande.




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