20 de agosto de 2007

El León

¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? "Tú debes" se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice "Yo quiero". "Tú debes" le cierra el paso, brilla como el oro, es un animal escamoso, y en cada una de sus escamas brilla áureamente el "¡Tú debes!"
[...]
"Todos los valores han sido ya creados, y yo soy todos los valores creados. 'En verdad, no debe seguir habiendo ningún 'Yo quiero'!". Así habla el dragón.
Hermanos míos, ¿para qué se precisa que haya el león en el espíritu? ¿Por qué no basta la bestia de carga, que renuncia a todo y es respetuosa? Crear valores nuevos tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas crearse libertad para un nuevo crear, eso sí es capaz de hacerlo el poder del león.
Crearse libertad y no un santo frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león.

Friedrich Nietzsche - Así Habló Zaratustra
En la vida, por lo general siempre acabamos chocando contra personas que defienden cierto conjunto de valores que aceptan como únicos y verdaderos. Nietzsche fue de los primeros que se preguntó realmente por qué deberían de obedecerse dichos valores; no encontró ninguna respuesta. Es más, se dio cuenta de que los valores impuestos por el dogma cristiano eran los culpables del retraso en el progreso del ser humano.

El texto anterior viene a decirnos que un paso fundamental en el desarrollo de la personalidad es el derribar los valores que nos han sido impuestos por dogma y costumbre. Es clave, puesto que supone salir del cómodo estado de aceptación (que Nietzsche llama camello) y atreverse a ir más allá, hacia unos valores que no dependan de sandeces creadas en tiempos de mitologías que se aceptan simplemente por ser muy viejas.

Que ya hay demasiado borrego por el mundo.

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