23 de octubre de 2008

El Hambre

- Podíamos ir ahora a este bar, parece bueno.
Sí, claro. Como los otros tres tugurios a los que me has hecho ir, no te jode.
- Sí, vale, tiene buena pinta.
Lo que hay que hacer para ganarse su confianza. Hay días que estoy tan hastiado de tanta memez que me digo a mí mismo que no voy a permitir más jueguecitos. Al fin y al cabo, ¿qué tienen esas mujeres para ofrecerme? Sin embargo, el hambre me golpea fuerte en los oídos cada noche. Lástima que sólo los fines de semana haya abundancia.
Más...
- ¿Qué te pasa?
- ¿Qué me pasa de qué?
- No sé, estás como ausente...
Ah, una definición muy concreta, de las que a mí me gustan. Tú estás muy pesada y no te digo nada.
- Pues estoy como siempre, hija.
- Es que parece como si pasaras de mí...
Yuju. Ahora es cuando se pone sentimentaloide herida. Manda cojones, encima de que hay que sacarle las palabras con calzador me viene con ésas. Menos que tengo un Máster en Ingeniería Social conseguido por la School of Hard Knocks para sacarme de ésta.

Llevo detrás de esta tía casi tres semanas quedando intensivamente, y cada vez estoy más hasta las narices. Concretamente de su extraño comportamiento que parece que se está insinuando constantemente pero a la hora de la verdad siempre se echa atrás. Y encima no es que sea muy guapa, al menos no lo suficiente para merecer tanta atención, ni mucho menos para tratar de jugar conmigo. Pero hay unas necesidades, e ir siempre a lo fácil te hace perder el interés, o mucho peor: te acaban detectando.
A todo esto, sigo sin comprender a las estrechas. Quiero decir, me parece lógico que una tía se ofrezca con dificultades para elegir a alguien que "se la merezca", pero eso es cuando hay algo que ofrecer; ejemplares como ésta, que no tienen ni cuerpo ni personalidad parece que quieren morir solas y en religiosa castidad. Realmente ni me va ni me viene porque no es mi vida la que se está tirando por el retrete, pero no quita que me parezca una aberración lógica.

Y aquí seguimos, en un bar dándole a la sin hueso, para ver si me la gano de una maldita vez. Y ella está completamente al corriente de mis intenciones - bueno, más bien de las que le estoy demostrando - y le gusta jugar con ello. Veremos quién ríe el último.

- Bueno, creo que va siendo hora de irse a casa.
- ¿Quieres que te acompañe?
- Vale, pero sabes que vivo lejos...
Y dale con acabar las frases en puntos suspensivos.
- Preguntaba por cortesía, iba a hacerlo de todos modos.
- ¡Jajaja, cómo eres!
Siempre me ha divertido ver cómo frases ofensivas como ésta las toman como sarcasmo, desechan por completo la otra posibilidad. Así que ríe, ríe, que no te queda mucho tiempo.

- Pues aquí estamos.
- Sí... Gracias por acompañarme.
- ...
- Entonces, ¿nos vemos mañana?
Su típica frialdad a la hora de despedirse. Escurriendo el bulto one more time. Menos mal que hoy es el Día. ¿O debería decir la Noche?
- Me temo que eso no va a pasar.
- ¿Y eso?
- Porque ya no aguanto más.
- ¿No aguantas más el qué?
- Tus bobadas de mojigata.
- ¿Pero eres gilipollas o qué?
- Venga, pero si sabes de sobra que llevo detrás de tí ni se sabe.
- ¿Has bebido hoy o algo?
- Por suerte para tí, no es para lo que piensas; no quiero salir contigo, ni follarte, ni nada.
- ¿Cómo dices?
- Mira, déjame enseñarte esto.
Excelente, distraigo su atención buscando en el bolsillo mientras saco de dentro del abrigo la jeringuilla.
- Es esto: - La destapo dentro del abrigo con un dedo y se la clavo en el cuello antes de que sepa lo que estoy haciendo, como he hecho con tantas otras.
- ¡¡Aaah!! ¡¡¿Qué me has clavado, hijo de puta?!!
- No es nada, sólo la dosis justa de relajante muscular. En unos momentos no podrás moverte y tendremos una deliciosa velada juntos.
Hace un amago de correr mientras grita pidiendo ayuda. Ya le dije en su día que vivía en un barrio bastante poco habitado. No ha recorrido ni veinte metros cuando ya se ha derrumbado por el efecto de la inyección. Se queda en el suelo gimiendo sin poder articular palabras y llorando de miedo.
- No hacía falta tanto teatro, ya te dije que no ibas a ir muy lejos. Ahora con tu permiso, cogeré las llaves de tu casa de tu bolso y subiremos tranquilamente a hacer otras cosas.
Mientras digo esto, saco el rollo de cinta americana y le tapo la boca.
- No pensarías que te iba a dejar ir pegando berridos, ¿verdad?

Una vez en su casa, las cosas van mucho más rápidas y silenciosas. Bajo al coche que convenientemente alquilé y dejé aparcado en su casa, y cojo las herramientas. Subo y me la llevo a su baño, que es sorpendentemente grande. Tanto mejor.
Considero importante quitarle la ropa a mis víctimas, las hace sentir más indefensas y aumenta su miedo. No lo hago por nada sexual; de hecho, la de hoy estaba mucho mejor con ropa. Repugnante.

Bueno, ya estamos en situación y la he metido en la bañera; no me gusta que se manche todo de sangre. Me gusta sobre todo ver en sus ojos el terror por saber que va a morir. Es algo tan sublime que soy incapaz de usar un procedimiento rápido, sería un desperdicio de material. Al contrario, voy usando técnicas lentas y dolorosas. Mi favorita es los cortes en la cara. Pero la de ésta tiene algo que me impide hacérselo. No hay problema, le hago un pequeño pero profundo corte en cuello - para que no se me vaya tan rápido - y mientras nota cómo la vida se le escapa a borbotones me dedico a hacerle la depilación de raíz. Dos cortes paralelos, uno transversal y a tirar. Cómo grita la pobre desgraciada. Cualquiera diría que se está desangrando. Vaya, ése se me ha ido un poco y ha llegado a los genitales. Eso tiene que doler... Tanto mejor. Me encanta el tacto de la sangre contra la piel, es algo sobrenatural. Sobre todo cuando grita a la vez. Es una explosión de placer.

Bueno, ahora que ya se ha callado habrá que recogerlo todo. Cortar los miembros en pedacitos, el tronco en dos partes y la cabeza y repartirlo por las granjas de cerdos de la zona, no hay mejor manera de limpiar.
Veamos qué toca mañana: ah, sí, aquel drogadicto de fin de semana. Me parece que sus "colegas" van a echarlo de menos durante mucho tiempo.

Qué a gusto me siento cuando me libero del Hambre. Casi me siento... humano.

13 comentarios:

Morgana Majere dijo...

Me recuerda a Dexter. Pero un poco más macabro. :)

Menelmakar dijo...

Ya somos dos, yo iba a preguntar si era del tercer libro del pasajero oscuro...

Mig dijo...

¿Me estáis llamando plagiador? xD

Realmente son ideas sacadas de un sueño extraño que se me ocurrió escribir mientras iba como un zombi a clase, aunque sí que he de reconocer el parecido. La cosa es que me apetecía escribir una historia de ficción y me pareció una excusa bastante buena xD

Morgana Majere dijo...

Pues a mí me ha dado para pensar, porque lo de matar con jeringuilla no necesita droga. Meter aire también mata...umm...

Menelmakar dijo...

Pero supongo que haga falta una cantidad importante de aire en una arteria principal, ¿no?

Morgana Majere dijo...

No sé, pero se me ocurren muchos sujetos sobre los que hacer pruebas. Y, pecando de congénita estupidez, también muchas "sujetas". Y no hablo de sujetavelas.

Eduardo C. dijo...

Pero tio, ¡estás perturbado totalmente! ¡Nadie en su sano juicio piensa en esas cosas! (bueno, a veces si). Aún asi, estás demasiado jodido o al menos a mi me da la sensacion XD.

La historia mola, desde luego, pero prefería que la hubiese escrito alguien ajeno a nosotros por eso de no temer por mi propia vida cuando te tenga al lado ;) (Aunque ya has hecho presencia de tus actos violentos retorciendome un brazo)

Desde luego, y cada vez con mas razón, puedo asentar lo que voy a decir:

¡WILLIAM HAMLEIGH, nunca serás conde de Shiring!

(Te invito a que cambies de idea y de procedimientos, si no quieres acabar ahorcado ;) )

Mig dijo...

Ya sé que estoy fatal, he abrazado el poder del lado oscuro y todo lo que ello conlleva. La enajenación mental es algo secundario y deliciosamente divertido.

Me ahorcaríais, pero me cargué al cura y no me arrepiento de ello. Tú sólo serás un borrego más del sistema. Y recuerda que también me cargué a tu padre =D

Anónimo dijo...

realmente solo me asusta el parecido kon la realidad XD x lo demas sta bien

Eduardo C. dijo...

¡Si!,¡Amable!, pero yo me quedé con la mejor tia del mundo.

Mig dijo...

No me das envidia, yo la cubrí el primero 8)

Morgana Majere dijo...

Veniiid al lado oscuuuroo....tenemos galletiiitassss ^^

Cardivonius dijo...

Pues yo al principio creía que era un relato real. Un poco después de la aparición de la jeringa (incluso cuando te imaginaba sacando la jeringa, podría ser más o menos real... XDD) pero después ya sí que no...
pero el relato es enganchosillo, jeje nostamal. :)